La exportación de caballos de pura raza española vive su mejor año en Lorca.
La exportación de caballos de pura raza española criados y domados en Lorca ha tenido un ascenso meteórico en los últimos años. En 2017 la cifra de exportaciones fue de 61 ejemplares y el número no ha parado de crecer en los últimos cinco ejercicios, pero es en 2021 cuando las ventas se han disparado. En lo que va de año ya se han exportado 178 ejemplares, según datos facilitados por la Consejería de Agricultura. El principal destino es Bélgica, donde se enviaron 84 equinos, seguido de Holanda, con 48, e Italia, con 20. El resto fueron vendidos a clientes de Alemania, Austria, Francia, Suecia, Letonia y Finlandia, en un momento en el que el mercado norteamericano también comienza a despuntar.
La pandemia ha provocado que se incremente la demanda, según explica el ganadero Emilio José Gómez, que exporta de tres a cuatro ejemplares al mes a países europeos. Montar a caballo se ha puesto de moda, pues es una afición que se practica al aire libre y que no requiere contacto con otras personas. Sus clientes aprecian del pura raza española su belleza y nobleza. Es un caballo «fácil de manejar para cualquier persona» y que «morfológicamente se adapta a todas las disciplinas», a diferencia del árabe que «es más nervioso». Los precios de los ejemplares que pone en el mercado son «muy variables». Oscilan entre los 3.000 y los 15.000 euros «en función de la calidad de la doma» y de sus cualidades para el paseo o la práctica deportiva. Asegura Gómez que en Lorca «hay grandes jinetes, el nivel es muy alto» y algunos trabajan en las mejores ganaderías. La afición al mundo del caballo se vincula al importante papel que juega en la Semana Santa. «Es un referente para la doma y la alta escuela» en España, dicen.
Gómez está comenzando a abrirse hueco en el mercado norteamericano y prepara dos ejemplares que tendrán como destino California y Tejas. Otro de los ganaderos que se dedica a la exportación, Francisco Ramón Ruiz, entró de lleno en la exportación a Estados Unidos. «Me ha costado mucho pero he sido constante». Ahora envía de 12 a 15 caballos al año, sobre todo al estado de Tejas, donde la equitación está muy extendida. La clientela en este caso tiene mayor poder adquisitivo, es «más selecta» y «las exigencias son superiores». Los precios que pagan los tejanos son «elevados, hay mucha diferencia con el caballo que se vende en Europa», aunque evitó dar detalles sobre el valor de mercado que pueden llegar a alcanzar sus cotizados animales. «En los últimos años se vende muchísimo más. Tengo 18 madres en la ganadería, pero a veces tengo que comprar potros, porque me faltan», afirma.
Sus caballos son criados en su ganadería en Lorca pero perfeccionan la doma con los mejores jinetes en Sevilla y Segovia. Los norteamericanos «son muy exigentes con la calidad de vida del caballo y las revisiones veterinarias son muy minuciosas» antes de hacer efectiva la compra.
Afición desde la infancia
La afición al mundo del caballo en Lorca comienza en la infancia. Cientos de niños se inician en la doma en la media docena de centros hípicos que hay repartidos por el municipio. El centro hípico El Valle, donde hay censados 35 caballos, cuenta con 60 alumnos entre los cinco y los 15 años de edad. Su responsable, Alfonso Martínez, afirma que el 20% de sus alumnos seguirá montando a caballo a lo largo de su vida y muchos se animarán a tener un ejemplar propio para participar en concursos de doma, romerías o en las procesiones de Semana Santa.
En su escuela han instruido a algunos caballistas para formar parte del grupo de los etíopes del Paso Azul. Los jinetes cabalgan sin montura haciendo las piruetas más asombrosas pero «el volteo es una disciplina muy difícil que exige estar muy preparado».