Las angostas callejuelas de la vieja ciudad fueron un año más el escenario perfecto para la procesión más sobria y austera del ciclo pasional lorquino. El cortejo de la Santísima Virgen de la Soledad, titular del Paso Negro, recorrió el casco histórico anoche bajo la tenue luz de las antiguas farolas de hierro forjado y de las velas presidido por la Hermandad de la Curia. Se trata de la única procesión que tiene lugar en el recinto amurallado, lo que le confiere un atractivo especial.
La comitiva partió en esta ocasión desde la iglesia de Santiago, recientemente abierta al culto tras los terremotos de 2011, ya que la Colegiata de San Patricio, el lugar habitual de la celebración de la misa previa y sede religiosa de la cofradía, sigue inmersa en el proceso de rehabilitación tras los seísmos. Por primera vez desde la catástrofe, la talla de Sánchez Lozano estuvo presente en la misa que se ofrece en su honor. La imagen de la Virgen de la Soledad fue portada en andas y escoltada por abogados, magistrados, procuradores, fiscales, estudiantes de Derecho y funcionarios de la Administración de Justicia, vestidos de riguroso luto, en un trono del escultor de Baza Esteban Jiménez.
En la procesión estuvo representada la cúpula judicial a su más alto nivel. En esta ocasión acudieron como invitados el vocal del Consejo General del Poder Judicial y ex presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), el magistrado Juan Martínez Moya, y el actual presidente de esta institución, Miguel Pasqual de Riquelme.
El casco antiguo se impregnó de solemnidad y recogimiento al paso de la serena imagen, que lució su manto negro bordado en sedas y oro, realizado en el taller de bordados del Paso Negro y que dirigió José López Gimeno. Figuran en él los escudos de la Justicia y de Lorca, y en el medallón central aparece representada la imagen de Jesús bordada en sedas.
La talla, con un sencillo adorno de delicadas rosas, iba tocada con una aureola de plata. Estuvo acompañada en su periplo por un tercio de nazarenos ataviados con túnica negra y capa que recuerda a las togas que utilizan los profesionales del Derecho.
Uno de los momentos más esperados del recorrido, por la emoción que entraña, fue el paso de la Virgen bajo una luz cenital por el Porche de San Antonio, puerta de acceso a la ciudad en la época de la Reconquista, ubicada junto a los restos de la muralla medieval, que acaba de ser restaurada. La dificultad de salvar la puerta en recodo sin tocar el trono hizo contener la respiración a portapasos y espectadores.
La austeridad es una de las señas de identidad de la procesión más minoritaria, pero también la más elegante, en la que el respetuoso silencio solo se rompe por el sonido metálico de las crucetas al golpear de forma rítmica el asfalto. Cientos de personas se concentran en las estrechas callejuelas para ver a los personajes del cortejo, que pasan a escasos centímetros.
Las calles Santiago, Villaescusa, Mata, Cava, Zapatería y Rojo fueron el itinerario elegido, que culminó en la Plaza de España, donde aguardaban un nutrido grupo de fieles, después de que la imagen cruzara el Arco de la Cava, otro de los momentos más espectaculares y fotografiados del desfile.
Traslado de la Soledad
Tras la procesión, la titular del Paso Negro fue conducida hasta la capilla del Rosario, sede religiosa del Paso Blanco, desde donde partirá esta tarde en el desfile bíblico pasional de Domingo de Ramos, que también presidirá la Hermandad de la Curia.
La Virgen lucirá el trono que ha sido rehabilitado a consecuencia de los desperfectos causados por las inundaciones de septiembre de 2012. Irá adornado en esta ocasión con rosas y orquídeas. Se ha aprovechado la restauración para incorporar nuevos detalles alusivos a la cofradía, como el escudo colegial de los abogados y el anagrama de María, emblema de La Curia.