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Despacito pero tampoco tanto…

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Despacito pero tampoco tanto…

  • Despacio y buena letra, dice el maestro en la escuela.
  • Da los cumplidos en alta voz, y los reproches despacio.
  • Dos andares tiene el dinero, viene despacio y se va ligero.
  • Las cosas de palacio van despacio.
Radar colocado junto a la calzada en la entrada a Lorca del polígono los Peñones donde la velocidad permitida es de 50 km/h.

Muchas veces cuando fuimos niños oimos alguno de estos refranes y frases populares donde nos recomendaban incansablemente que siempre hicieramos las cosas despacito y con buena letra y que os recuerdo hoy a colación de la reflexión que quiero compartiros sobre los recientes controles de velocidad que últimamente nos acechan en nuestra ciudad y para cuestionar si realmente los técnicos en materia vial se han dado cuenta de los muchos errores en la situación y configuración de semáforos, pasos de peatones, y la asignación de la velocidad adecuada en determinados puntos de nuestro casco urbano que son «auténticos cepos» para los muchos conductores que a diario tenemos la «obligación de circular» por el centro urbano.

Nada se olvida más despacio que una ofensa, y nada más rápido que un favor.
Usuarios de facebook publican fotos con ubicaciones del radar municipal.

Hace algunas semanas se originó alguna polemica entre los políticos del gobierno que indicaban que el radar era necesario porque había zonas marcadas a 50 donde algunos pasaban a 80 y hasta 120 km/h., (una salvajada que no debemos permitir), y los de la oposición que se quejaban que el interés del radar era meramente recaudatorio pues existen otros medios de «control más eficaces» y menos lexivos para nuestros bolsillos, también muchos usuarios de nuestro grupo @CosasdeLorca se quejaban por haber sido sorprendidos por el nuevo radar y sancionados al rebasar en muy poca velocidad los «algunos ridículos límites» que existen en distintos puntos de la ciudad donde aún siendo zonas que no son peatonales ni céntricas, en calles del extraradio como la carretera de Caravaca según foto de portada marcada a 20 y 30 km/h., vias con señalización suficientes, pasos de peatones y semáforos adecuados, los límites de velocidad son extremadamente bajos para una normal y fluida circulación de vehículos, y están provocando auténtico estress a muchos trabajadores que ven agobiante el momento de coger el coche para acercarse a realizar alguna gestión, ir de compras al centro, acercarse al centro médico o a llevar a los niños a sus actividades.

Sanción publicada en redes sociales de un conductor que circulaba a 37 km/h., en una calle marcada a 20 km/h. Precio 300 €.

30, 20 o 10, NI TANTO NI TAN POCO

Me propuse hacer una prueba en mi motocicleta y respetar las normas al pie de la letra en calles como la entrada de Caravaca que es una carretera marcada a 40, 30 y 20 kms por hora, y en otras calles del casco urbano que también están marcadas a 30 y 20 e incluso a 10 km/h. y el resultado fué que casi me caigo de la moto porque a menos de 20 no va ni al ralentí y los coches que me persiguen me pitaban para dejarles paso.

El incumplimiento de las normas viales está tipificado como infracción grave o muy grave, sancionadas con multas de 100 a 600 euros, tal y como se recoge en la esta tabla. Si circulas a 41 km/h. por una calle limitada a 20, te pueden sancionar con 300 euros y retirada de 2 puntos.

Que sí que estamos de acuerdo que según recomendaciones europeas es mejor ir despacito para no contaminar y así cuidar un poco más la salud de los habitantes de la ciudad, reduciendo las emisiones contaminantes, mejorando la Seguridad Vial e incentivando los medios de transporte colectivo en lugar del privado así como los transportes sostenibles (a pie o en bicicleta).

Pero también es cierto que aún no tenemos un servicio de transporte público económico, efectivo y rápido a pesar del cambio de concesionaria, no tenemos los carriles bici y hasta  para patinete eléctrico que necesitamos en las calles más céntricas y tampoco disponemos de las necesarias áreas de aparcamiento públicas y económicas, (ver propuesta de creación de aparcamientos en solares urbanos abandonados), ampliar las zonas de parada y descarga en lugar de tantos bolardos, y otras medidas para conseguir que la ciudad pueda ser atractiva para  el retorno de miles de clientes de ciudades vecinas que emigraron por algunos de estos motivos al Parque Comercial y para los sufridos currantes que no tenemos más remedio que coger el coche para trabajar por el centro.

Quien va despacio y con tiento, hace dos cosas a un tiempo.

Nueva Ronda Central donde la velocidad está limitada a 50 km/h. hasta el Parque Almenara y donde muchos vehículos exceden la velocidad permitida según los controles de radar realizados.

Tras realizar esta prueba práctica en la que cualquiera se puede dar cuenta que hay algunas calles donde se hace complicado circular si se limita a 20 cuando la velocidad adecuada podría ser 40 e incluso más, sobretodo en algunas zonas como la Ronda Central, donde no hay masificación peatonal, cuentan con aceras altas, con pasos de cebra y semáforos suficientes, con carril bici y que perfectamente podría permitir una circulación algo más rápida según lo permita la ley vial.

Reductor de velocidad en calzada

Entonces me pregunto ¿porqué no se hace un estudio exhaustivo y práctico de cada barriada, vía y calle?, para adecuar las velocidades a unos valores lógicos para todos, instalando otros sistemas de adecuación y que sin poner en riesgo la seguridad de los peatones, permita que los usuarios de vehículos no nos amargue el día tener que hacer alguna gestión en el centro urbano, sin el miedo a que en cualquier calle marcada a 20 km/h., puedan instalar por sorpresa y escondido el moderno radar y nos metan un multazo de 300 euros y dos puntos por circular a 41 km/h., que quizás sería la adecuada para una zona similar en otra población.

Avisador de velocidad

Se pueden incorporar otras medidas para mejorar la movilidad urbana sostenible, la circulación y seguridad de los ciudadanos como elevar los pasos de cebra, ajustar los semáforos de las calles para que se abran simultaneamente según zonas y agilicen la conducción para evitar pararse tres o cuatro veces cada cinco minutos que para la mayoría de usuarios es desesperante, como por ejemplo ocurre en Jerónimo Santa Fe a la altura de los institutos, también la instalación de semáforos en ámbar que cambian a la fase roja cuando los vehículos superan la velocidad permitida en la travesía, la instalación de dispositivos reductores de la velocidad en calzada que contribuyen también a esta reducción y no solo recurrir a la sanción que sin duda viene muy bien a las arcas municipales.

La correcta sincronización de estos semáforos de Jerónimo Santa Fe, reduciría la acumulación de vehículos que en pocos metros deben pararse en tres semaforos para llegar al Ovalo.

Siempre dejando muy claro que el respeto de las normas viales es crucial para la seguridad de todos, tanto conductores, como peatones y ciclistas, por lo que se deberían realizar más campañas de concienciación a los usuarios de la vía sobre los efectos de la velocidad al volante y cómo unos simples kilómetros de más pueden suponer la diferencia entre la vida y la muerte en caso de accidente, pues a una velocidad de 50 km/h el conductor necesita 36 metros para detener el vehículo mientras si el coche circula a 40 km/h, se necesitan alrededor de 20 metros. Este respeto por parte de los peores conductores que siguen sin cumplir con los límites en aquellas zonas con mayor presencia de usuarios vulnerables, es básico para que los demás que si cumplen no se vean perjudicados por una minoría de vándalos.

Por favor pensemos en todas las necesidades para que la ciudad sea más ágil, cómoda y además segura para todos.

Despacito si, pero ni tanto ni tan poco…

Jesús Pelegrín

 

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