NO JUGUEMOS CON LAS COSAS DE COMER.
La ambiciosa reforma fiscal pactada entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias incluye la subida del IRPF a las rentas superiores a 130.000 euros. La medida que pretende poner en marcha el Gobierno de coalición progresista, sin embargo, tendrá un impacto limitado, ya que solo afectará a 80.000 contribuyentes, los que se sitúan lógicamente en los tramos más altos. Esa cantidad supone apenas el 0,4% del total de declarantes de este impuesto, el resto lo vamos a pagar entre todos y ya lo estamos notando en el aumento del coste real que pagamos día a día.
No nos confundamos, éste gobierno no pone el foco en los ricos, eso es mentira porque ellos ya son ricos, es pura propaganda demagógica para engañar a ciertos españoles de voto variable, esos que van y vienen del azul al rojo, al naranja o al verde, para que sigan apoyándoles mientras ganan tiempo para enrocarse en el poder.
La cruda realidad que deberíamos recordar, ya la vivimos y sufrimos con el gran estratega y gurú económico Zapatero desde 2006 hasta 2012, ese que tanto va y viene ahora a Venezuela para arreglar no se que asuntos y que obstenta el honor de sumir a España en la mayor crisis, hundimiento del PIB y más altas tasas de desempleo que habíamos conocido los pobreticos españolitos de bien, tras provocar con sus desacertadas acciones de desgobierno, la huida de la inversión internacional, en especial la de USA y un brutal endeudamiento por el desenfrenado gasto que en siguientes años se dispararía al tener que pagar los gastos fijos del país y lo prestado para evitar el rescate, con altísimos intereses agravados por la situación de la prima de riesgo y encima sin ingresos por el brutal descenso en la balanza comercial y productividad que costó algunos años en recuperar.
Eso mismo está empezando a ocurrir ahora y ya se siente el pánico en las empresas, ese temor que atenaza y paraliza a quien su dinero arriesga, ocasionado por las medidas que se ven y otean del nuevo desgobierno social comunista que provoca gran inseguridad en el capital (el dinero se asusta pronto), encima adornado con la hipoteca del independentismo más sectario que ha conocido este país y que daña gravemente los intereses de las demás regiones en beneficio de los pocos de siempre.
Por favor es la tercera vez que ocurre, no seamos borregos e incrédulos porque siguen como han anunciado con sus políticas de aumento de gasto, éste plato roto lo volveremos a pagar las clases más modestas, los que trabajamos, los autónomos, agricultores, funcionarios y jubilados a costa de sufrir más impuestos, más cara la luz, agua, gas, transporte, vehículos, frutas, comida, etc etc.
Mientras, ellos seguirán exentos de todo, subiéndose el sueldo como quieren, comprando grandes mansiones como la de Galapagar y vendiéndolo a la plebe con bonita palabrería, como lógico y normal, cuando hace solo unos meses presumían de ser pobres y residir en un apartamento de un barrio obrero criticando a los políticos que vivían en lujosos chalets, una clara pantomima para conseguir el voto de sus amigos y vecinos criticando el nivel de la casta que con tanto esfuerzo fariseo les ha costado alcanzar.
Si nos callamos y consentimos, seremos co-responsables de lo que ocurra en otra nueva década para olvidar, como aquella que empezábamos a dejar atrás en 2018 tras los duros y necesarios ajustes impuestos por el gobierno de M. Rajoy, esos años tras el batacazo cuando conseguíamos encabezar las cifras de crecimiento en Europa y creación de empleo indefinido, para de repente y en un solo año desde que entró a gobernar el trolero del falcon y su banda, hayan conseguido darle la vuelta a la tortilla y que ya se huela a quemado.
«El pez grande se come al pequeño pese a la auspicia de un tercero.»
Enfrentarse a USA alineándose con sus enemigos es un craso error, como también lo es subir impuestos para aumentar el gasto y pagar favores electorales, precisamente eso lo contrario que aconsejan los expertos mundiales en economía con la situación actual del país, con tan alta deuda, con manifiesta bajada de la producción industrial, caída del turismo por efecto del BREXIT y ahora con la asfixia del sector primario que está ocasionando manifestaciones por todo el territorio.
No sabemos a donde nos puede llevar tanta altanería, falsedad y el todo vale por mantener el sillón, así que tengamos cuidado y no juguemos con el pan de nuestros hijos.
Suerte para todos y todas.
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