Prisión provisional para dos sospechosos de matar a navajazos a un lorquino de 40 años.
Dos coches patrulla conducían a los detenidos a la puerta del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 1 de Lorca este lunes por la mañana. En la puerta, allegados de P. V. P. (presunto autor material del apuñalamiento mortal) y del otro sospechoso aguardaban a los arrestados e increpaban a los medios de comunicación.
«Nadie es culpable mientras no se demuestra lo contrario», clamaba una persona, que intentaba cubrir con una chaqueta los objetivos de las cámaras, para que no captaran el rostro de los jóvenes sospechosos.
Horas después, fuentes del TSJ confirmaban el ingreso en prisión de los dos jóvenes, investigados por un delito de homicidio. Además, la juez ha decretado el secreto de las actuaciones.
Ocurría sobre la una de la mañana, en la calle Orfeón Fernández Caballero del municipio lumbrerense. Por razones que se están intentando esclarecer, M. C. Z. se vio envuelto en una riña con otros dos varones. La pelea empezó en el interior del bar, pero terminó en la calle. En un momento dado, viandantes dieron la voz de alarma: M. C. Z., vecino de Lorca, presentaba una herida en la espalda y sangraba mucho.
Más de una decena de personas se pusieron en contacto con el teléfono 112 para alertar de lo que había pasado, confirmó el Centro de Coordinación de Emergencias. Mientras llegaba la ambulancia, algunos de los presentes trataron de reanimar al herido, que perdía mucha sangre. Cuando llegaron los sanitarios, tan sólo pudieron confirmar la muerte.
El hecho de que hubiera tanta afluencia en la calle cuando se produjo el suceso facilitó la labor de los investigadores: contaban con cuatro testigos que habían visto al agresor y podían reconocerlo sin ningún tipo de dudas.
Al lugar se desplazaron agentes de la Policía Local de Puerto Lumbreras, que procedieron a acordonar la zona. Al hablar con los testigos y tener claro a quién buscaban, los policías se dirigieron a la casa de los padres del sospechoso, donde encontraron a este.
En cuanto al arma del crimen (una navaja de grandes dimensiones, detallaron los testigos), de momento no ha aparecido. Se sospecha que el presunto agresor se deshizo de ella tras escapar del lugar del suceso.