SAN CLEMENTE Y LORCA.
San Clemente fue la primera iglesia lorquina edificada poco después de la capitulación de Lorca en 1244 al infante Alfonso. La ermita se construyó dentro del Barrio de Alcalá que se ubicaba en la zona oriental del interior del Castillo, muy cerca de la puerta de Alcalá o del Pescado.

El Concejo de Lorca, desde el momento de su establecimiento en el siglo XIII, tenía por voto la celebración de la fiesta de San Clemente con procesión general a la iglesia del Castillo, misa y predicador para conmemorar la capitulación de la ciudad andalusí.

No sabemos como fue aquella primera iglesia, ya que en 1468 se construyó un nuevo edificio, que fue ampliado a mediados del siglo XVIII. La investigación arqueológica debe ser la encargada en sacar a la luz la arquitectura de este primer edificio tan vinculado con la historia de Lorca.
La importancia de San Clemente para la ciudad hizo que se ubicara una escultura del santo en la fachada de San Patricio. Cuando tengas un rato, acércate a la entrada de la plaza del Caño y mirando la hermosa e impresionante fachada de San Patricio, busca la escultura del santo Patrón recortada en el característico azul del cielo de Lorca. La tradición de la procesión del Patrón se retomó hace años y está tarde saldrá de San Patricio, para recorrer varias calles y regresar a la Colegiata.