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ANDAR POR LA VIA AUGUSTA – Andrés Martínez Rodríguez

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ANDAR POR LA VIA AUGUSTA

Si buscas caminar por un itinerario en llano y sin tráfico, es aconsejable hacerlo por el cauce del río Guadalentín y subir en dirección al Consejero por el lugar por donde hace 2000 años iba la Vía Augusta.
Pasarás por encima del azud de la Fuente del Oro, por las riberas de San Miguel, que toman el nombre de la ermita a que allí estuvo y aún se encuentra muy transformada y convertida en una casa.
Pasarás por debajo de la autovía A-91 y cerca del deteriorado molino de Buenavista, conocido por el Escarambrujo y más adelante por el paraje del Hornillo donde se halló en último miliario del emperador Augusto.
Irás en paralelo a la acequia de Alcalá, entre cantos rodados de muchos tamaños y abundante maleza que crece en el cauce. También te encontrarás con varias escombreras ilegales tiradas junto al camino y muchos plásticos.
Verás como las ramblas desembocan por las márgenes del río, una de las más importantes la de la Quinquilla y otra la de los Diecisiete Arcos, y si subes por ella llegarás al alargado y erosionado acueducto formado por apuntados tajamares sobre los que arrancan los bellos arcos sobre los cuales transitan dos canales superpuestos de 135 m de longitud que ya no llevan agua.
Al volver al cauce y siguiendo los postes informativos del itinerario propuesto para la Vía Augusta y para el camino de Santiago que circula por estos lares, llegarás a una pequeña área de descanso instalada junto a lo que queda de un acueducto y de la medieval torre del Consejero.
Hasta allí he llegado hoy y después de degustar dos apetecibles naranjas he vuelto sobre mis pasos otros 6 km con el Castillo al fondo para llegar hasta la ciudad, entrando por la muralla medieval de la calle Rambla. A sus pies me he sentado para sacudir el polvo cogido de este camino histórico mirando al puente Viejo y valorando que había sido una buena caminata.