De bolivariano a bolivariano y tiro porque me toca.
Observando no sin sorpresa que el Sr. Garzón, facialmente se parece más al conocido personaje de Cuéntame cómo pasó, ideológicamente también parece que ha retrocedido a los años treinta y tantos, cuando se cometían atrocidades en este país con la manipulación de la ley y justicia.
Este «político garrapatero» que se agarra al sillón sin importarle mucho la marca que lleve, o a quién deba palmear, y lo digo por su socio el bolivariano, ya es mayorcito y culto para darse cuenta que con la independencia de los jueces no se juega, pues es la garantía para los ciudadanos como nosotros, de que personajes como usted no se acostumbren a vivir de la poltrona o peor que se vuelvan algo corruptos.
La Justicia aunque tarde funciona y lo hemos visto durante los últimos años de gobierno del PP, un tiempo donde por la buena gestión de algunos jueces y la no intromisión del gobierno (al menos que se sepa), se han podido poner al descubierto varias tramas de corrupción que salpican a muy variados personajes de la política de todos los partidos y sindicatos, incluido al suyo, como también de la farándula, empresarios e incluso de la realeza.
Los encarcelados por corrupción, estafas, traición o rebelión a nuestra nación están muy bien entre rejas igual que estuvo Tejero que era de muy derechas y pago su error tras un juicio donde se aplicaron nuestras leyes, ahora si delinquen algunos de muy izquierdas contra esas mismas leyes, también deberán pagar el daño producido aparte del capital esquilmado a todos los españoles, en esos actos y eventos de exaltación al independentismo que han pagado con nuestros impuestos.
Por cierto y a colación del homenaje independentista del pasado domingo a Lluís Companys, héroe republicano para unos cuantos catalanes, comparto una imagen con una de las sentencias de muerte que firmó en 1938 como presidente de la Generalitat y diputado de ERC en las Cortes, acusando de alta traición a dos vecinos catalanes que no pensaban como él. Posteriormente en 1940, en respuesta a esas decisiones, sería muerto de un tiro por los nuevos okupadores del gobierno, por lo que claramente podemos aprender de la historia que los graves errores si no los conocemos bien y los solucionamos sin rencor, se pueden repetir y es responsabilidad de nuestros políticos, de todos ellos, dotarnos de herramientas legales para impedirlo, aún a pesar de que siempre haya a quien «les molesten» las leyes y quiénes las aplican y hacen cumplir.
Todos realizaron las mismas injusticias con un mismo fin, por eso no es justo sacar a relucir la memoria histórica de un bando sino aplicar la ley con el consenso de todos pasando página y dejando enterrado ese rencor que a algunos les devora el raciocinio.
También en el juego de la oca se pagan los errores en la cárcel, y en éste no va a ser menos.