Fulgencio Gil advierte que el recorte del agua para los agricultores provoca un escenario de inestabilidad que afectará a todos los sectores productivos lorquinos.
El presidente del Partido Popular de Lorca, Fulgencio Gil, ha mostrado su total solidaridad con los regantes lorquinos, tras el anuncio efectuado por parte del ente comunero de que tendrán que recortar el suministro de agua, lo que obligará a reducir plantaciones. El campo al final siempre paga las consecuencias de políticas irresponsables, temerarias e injustas, que ignoran la realidad que viven diariamente nuestros profesionales del campo. Son el sector peor tratado por parte del actual gobierno central, víctimas de una campaña de desprestigio y acoso alimentada incluso desde determinadas instituciones públicas.
Dejamos patente, como siempre lo hemos hecho, nuestro apoyo inquebrantable a los profesionales del campo, empresas y cooperativas que se ven obligados a recortar las plantaciones, con la consecuente pérdida de producción, y se enfrentan al escenario más inestable de los últimos años.
Es la consecuencia directa del tercer “Trasvase Cero” impuesto de forma consecutiva por el actual gobierno del PSOE contra los agricultores. Es una decisión temeraria y muy negativa, pero no podemos decir que sorprenda a nadie, porque se enmarca dentro de la estrategia de Pedro Sánchez ya anunciada hace años cuyo objetivo final es el cierre definitivo del trasvase Tajo-Segura.
En estos momentos no hablamos ya de amenazas de reducción de caudales del trasvase, de declaraciones salidas de tono ni de una nueva polémica con el agua como telón de fondo, sino de hechos concretos que va a sufrir de forma inminente el campo de Lorca. Esta situación ha alcanzado un punto de no retorno, que ha provocado que los regantes se vean obligados a establecer recortes en el suministro de agua de riego.
Estas decisiones hacen daño al principal motor productivo de nuestra comarca, van a suponer la pérdida de puestos de trabajo, ralentizarán la economía y se traducirán en una pérdida de puestos de trabajo. Todo esto llega precisamente ahora, cuando nuestros agricultores se enfrentan a una coyuntura más que complicada, afectados ya muy notablemente por el incremento de todos los costes de producción. Cuando más certeza y certidumbre se necesitaba para consolidar la situación de nuestras empresas y cooperativas dentro de los mercados internacionales, les vuelven a asestar un golpe
Están jugando con la agricultura pese a que saben perfectamente que aquí vivimos de esto, y que cuando se ataca a este sector, se resienten todos los demás. Es, por tanto, un asunto que nos afecta a todos.
El contexto de crisis internacional que ha provocado principalmente la guerra en Ucrania ha provocado que todos los países desarrollados se hayan cuenta de que tienen que proteger sus sectores productivos estratégicos y avanzar en la autonomía y el autoabastecimiento. Sin embargo, el actual gobierno central está caminando en la dirección contraria, y no se da cuenta de que tiene que defender a quienes abastecen nuestra despensa, en vez de ponerles más y más zancadillas. Dejar en manos de terceros países la producción de nuestros alimentos es un disparate.