Uno de los secretos mejor guardados está a punto de revelarse. Esta tarde se inaugura en el antiguo convento de San Francisco el Museo Azul de la Semana Santa, Mass. La infraestructura, con más de 3.500 metros cuadrados, no es un museo de bordados, sino que, a través de sus distintas salas, se ha querido plasmar el sentimiento azul. La pasión con que los hermanos de esta cofradía ‘grande’ preparan la Semana Santa lorquina, el cortejo que ponen en carrera cada año… todo está perfectamente identificado en el nuevo museo, el más grande de la Región.
El interés que ha despertado y ante la imposibilidad de que todo el que lo desee pueda visitarlo durante la jornada de inauguración que será esta tarde, se ha previsto un día de puertas abiertas que se llevará a cabo mañana, sábado. El que quiera visitarlo podrá hacerlo en horario de mañana y tarde.
No cuenta con un recorrido marcado, identificado, sino que el visitante puede crear su propio itinerario. Aunque entre las principales propuestas está la sala de la Virgen de los Dolores, donde en una atmósfera de recogimiento se puede contemplar el manto azul de Cayuela y las joyas de la talla de la Dolorosa.
Los atuendos del desfile
La sala de los estandartes muestra las piezas declaradas Bien de Interés Cultural, BIC, y la del cortejo invita al visitante a sentirse parte del desfile, escenificándose la carrera principal de la Semana Santa lorquina. Pero todavía hay más, ya que documentación histórica nunca antes expuesta se puede contemplar en las salas creadas especialmente para ello. Los visitantes podrán sentirse azules por un día y vestir alguno de los atuendos que procesionan en los Desfiles Bíblico Pasionales.
El Museo Azul de la Semana Santa también cuenta con áreas didácticas, para los más pequeños, y un taller de bordados que brindará al visitante la posibilidad de poder contemplar a las bordadoras mientras ejecutan algunas de las piezas que se estrenarán en los desfiles del próximo año. La entrada al museo se localiza en la Cuesta de San Francisco.
El Museo Azul es una de las principales apuestas para promocionar la Semana Santa de Lorca, en un intento de convertirla en uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad.