Unas 1.600 alumnas y alumnos de los institutos Ramón Arcas Meca, Príncipe de Asturias y Bartolomé Pérez Casas participan en el III proyecto «Abriendo Puertas, Cerrando Tabúes».
La concejala de Igualdad y Educación del Ayuntamiento de Lorca, Antonia Pérez, ha presentado, esta mañana, junto a las coordinadoras del proyecto, Ana Blázquez e Irene Tortosa, los resultados del proyecto «Abriendo Puertas, Cerrando Tabúes» desarrollado entre el Consistorio y la Federación de Organizaciones de Mujeres de Lorca (FOML)
La concejala de Igualdad ha señalado que «se ha tratado de la tercera edición de este proyecto, que finaliza este mes de junio y que está financiado con cargo a los créditos del Pacto de Estado contra la Violencia de Género».
Antonia Pérez ha recordado que «esta iniciativa, que se ha llevado a cabo en las aulas de los centros educativos de Secundaria del municipio de Lorca que así lo han solicitado, ha tenido por objetivo sensibilizar en materia de igualdad y responsabilidad afectivo-emocional a las y los adolescentes del municipio de Lorca».
Pérez Segura ha apuntado que «como novedad esta edición se ha implementado el servicio de talleres de salud mental orientados a la regulación emocional desde una perspectiva igualitaria, debido, sobre todo, a las no tan nuevas necesidades de nuestro alumnado de educación secundaria en cuanto a salud mental, y las consecuencias psicológicas agravadas por la pandemia por COVID-19».
Por su parte, la psicóloga de la Federación, Ana Blázquez, ha apuntado que «El proyecto se ha impartido en los institutos Ramón Arcas Meca, Príncipe de Asturias y Bartolomé Pérez-Casas, en los que han participado un total de 1.600 alumnas y alumnos (49% de chicas, 49% de chicos, y 2% género no binario), de edades comprendidas entre 12 y 17 años de media, y con la realización de 160 horas de talleres de sensibilización, programados de forma coordinada entre la FOML y los centros educativos entre enero y mayo de 2022».
Irene Tortosa, otra de las coordinadoras del proyecto ha apuntado que «los resultados, recogidos a través de cuestionarios de carácter anónimo y voluntario, en esta ocasión han sido más preocupantes que en años anteriores, debido al registro cuantitativo de datos referentes a la salud mental de las y los adolescentes, además de los datos resultantes de la sensibilización en materia de igualdad y responsabilidad afectivo-sexual».
«A pesar de que la valoración del proyecto ha sido muy positiva, ya que la acogida por parte del alumnado y personal docente ha sido excelente, debemos poner atención en la consecución de objetivos como baremo para obtener datos significativos».
Irene Tortosa ha señalado que «nos encontramos que, en las edades más tempranas de la población adolescente no se conoce el término corresponsabilidad, ni la ven reflejada en sus hogares. Se observa además la normalización de conductas desigualitarias como partes de los patrones sociales establecidos. Con respecto a las relaciones tóxicas, los mitos del amor romántico y la escalera de la violencia de género, las y los adolescentes no son capaces, en su gran mayoría, de discernir entre una relación sana y normativa, y una donde se sobrepasan los límites y se permiten actitudes de coerción y celopatía de manera habitual como sinónimo de afectividad, tanto desde una parte como desde la otra».
La psicóloga Ana Blázquez ha afirmado que «en relación a la salud mental, nos encontramos con adolescentes con grandes carencias en constructos psicológicos tan relevantes como la autoestima, y con grandes problemas de regulación emocional, observando que, además, las conductas autolesivas están presentes en las mismas proporciones que en los informes anuales que realiza la Fundación ANAR, en su último informe de 2021, u otras instituciones dedicadas a la causa, habiendo aumentado sustancialmente, además, desde 2020 en adelante».
Por último, han insistido en la necesidad de la continuación de este proyecto, que sea de carácter longitudinal, y extensible a otros centros (ya tenemos otros dos centros adscritos al programa para la próxima edición), y poder así, desde la sensibilización, abrir el camino a otras vías de intervención a la erradicación de la violencia de género, que nos afecta a todas y todos, ya que la juventud de hoy, son los adultas y adultos del futuro, y se merecen ser mejores y más capaces que los adultos del presente.