INOCENTES TODO EL AÑO. Por Antonio de Cayetano.
Hoy se conmemora el día de los Santos Inocentes, una tradición que data de los primeros años del cristianismo, de cuando el rey Herodes mandó matar a todos los menores de 2 años de la ciudad de Belén, tratando así de deshacerse de Jesús de Nazaret, el anunciado Mesías, el futuro rey de Israel que podría destronarle. Un hecho del que no hay evidencias históricas, solo lo que se nos dice en la Biblia escrita muchos años después. Escritos donde Mateo nos cuenta, que Jesús se salvó gracias a que José y María recibieron un mensaje divino advirtiendo de las intenciones de Herodes, huyendo rápidamente hacia Egipto. Un acontecimiento que de ser cierto, causó la muerte de muchos niños inocentes, siendo este el motivo de que hoy la Iglesia lo recuerde.
La verdad es que era una época de mucha crueldad, pero no es menos cierto que la Iglesia se contradice mucho con todos estos relatos, porque no es admisible que el todopoderoso “permitiera” que murieran aquellos niños por salvar a Jesús. Como también es contradictorio que se conmemore este hecho en el día de hoy, en el tiempo en que se celebraban las fiestas paganas del solsticio de invierno, las cuales aprovechó también la Iglesia para colocar el nacimiento de Cristo. Cuando aquella matanza si acaso la hubo, fue tras la visita a Belén de los Reyes Magos, hecho que la Iglesia lo celebra después de estos días, un seis de enero. Una adoración que solo relató Mateo y de forma muy breve, mencionándolos como “magos”, una palabra que proviene del persa y que significa sacerdote, sin manifestar su número, su nombre, ni tan siquiera que fueran reyes.
Durante un tiempo eran dos los personajes, luego tres, cuatro, e incluso 12 como los apóstoles o las tribus de Israel. Al final se han quedado en tres, siendo ya reyes y respondiendo a los nombres de Melchor que encarna a los europeos, Gaspar a los asiáticos y Baltasar a los africanos, rey que a partir del siglo XV fue ya representado con tez negra. Cosa que no ocurría con anterioridad, tal como se aprecia en la imagen que acompaño, escena de La Adoración en el retablo mayor de la Catedral del Salvador de Zaragoza. Unos reyes que nos han hecho soñar de niños, creyendo inocentemente en su existencia, al aprovecharse su festividad para hacer y recibir regalos, conmemorando así los obsequios que la tradición dice llevaron estos al niño Jesús. Una costumbre muy bonita que hoy compite aquí con Papá Noel, el Santa Claus o San Nicolás de otros lugares. Antiguo personaje que ofrecía regalos a los niños y que formaba parte de la antigua festividad pagana que solapó la Navidad, figura que la Iglesia sustituyó por un obispo cristiano llamado Nicolás, viniendo de ahí el nombre con el que aún se le conoce. Un personaje que también ilusiona a los niños en estas fiestas de Navidad, envolviéndolos de deseos y felicidad, tal como sucede con los Reyes Magos, un inocente engaño del que los padres somos cómplices.
Y es que el engaño está presente desde casi el mismo momento en que nacemos, cuando nuestra madre nos pone el chupete en vez de la teta. Pero este es un engaño inofensivo, como también lo son las bromas que se gastan en el día de hoy. Un día divertido en el que se disfruta del engaño, bien haciendo la típica inocentada o siendo víctima de ella, situación por la que casi todos hemos pasado. Otra cosa es cuando somos víctimas de granujas, de picaros o de pillos que se aprovechan de nuestra ingenuidad, valiéndoles cualquier día del año para engañarnos. Un hecho que no solo sufren los más débiles, bobos o ignorantes, sino que es una trampa en el que puede caer el más espabilado, tal como recientemente se ha demostrado con el fraude de las falsas enfermedades. Timo en el que han caído personajes tan famosos como Carlos Herrera, Isabel Gemio o José Mota entre otros, los cuales han sido víctimas de un avispado catalán. El hombre de los dos mil tumores, un supuesto enfermo que estaba al borde de la muerte, necesitando de la caridad de todos para una operación millonaria que evitase su fatal desenlace.
Otro sinvergüenza más que se ha aprovechado de la bondad del prójimo en su propio beneficio, no siendo el primero ni el último, pues siempre ha habido vividores de esta calaña. Recuerdo un programa televisivo de los años setenta en el que nos habrían los ojos ante estos engaños, un espacio llamado “Investigación en marcha” en el que se trataban muchas de las estafas y timos que entonces se daban, desde el falso enamorado que vaciaba la cuenta de la supuesta novia hasta el vendedor de lotería que vendía participaciones sin haber comparado decimo alguno, descubriéndose la estafa cuando el número resultaba premiado. Siendo el timo del televisor, uno de los más destacados en aquellos años. Un engaño que consistía en la llegada de un falso técnico a nuestras viviendas, eligiendo siempre las horas en que estaba el “ama de casa” sola, preguntando si la televisión daba problemas, si a veces hacia algo de nieve (cosa habitual en aquel tiempo), a lo que la señora solía responder que sí. Afirmación que franqueaba la entrada a la vivienda para revisar el aparato, trasteándolo con cualquier artilugio que llevaba y preguntando seguidamente por el lugar donde estaba situada la antena, solicitando a la buena mujer que hiciera el favor de observarla, de comprobar si por los extremos salían chispas. Ocasión que aprovechaba el “técnico” para llevarse todo lo que encontraba de valor en la casa y que le podía caber en el maletín que portaba.
Un timo similar al que hoy sucede con los ordenadores, cuando llaman falsos técnicos de Microsoft preguntado si van despacio o tenemos avisos de borrado del disco duro, aprovechándose de nuestra ingenuidad para entrar en el PC y chantajearnos a su voluntad. Igual sucede con el correo electrónico, donde podemos recibimos cientos de fraudes, desde el aviso de entrega de un paquete, para lo que nos piden llamar a un número de tarificación adicional, a una oferta de trabajo en el extranjero, la notificación de un premio de lotería o la presentación de un admirador o admiradora que está locamente enamorada de nosotros. Timos estos en los que se nos pide la entrega de dinero, bien para gestionar la vivienda que vamos a ocupar en el extranjero cuando estemos trabajando, para los impuestos del premio, o para pagar el viaje de esa persona que nos quiere y que desea estar a nuestro lado. Unos engaños que aunque parezca mentira, se suelen producir, no denunciándose todos por la vergüenza que la victima siente de haber caído en ellos.
Lo mismo sucede con el “tocomocho” o el de la “estampita”, timos que han resurgido de nuevo, y en los que la avaricia hace cómplices a sus víctimas, sintiéndose también avergonzados por ello y no denunciándose a veces. Unos timos que se dan con más frecuencia de lo que parece, habiéndose dado en Lorca en los últimos meses y afectando a personas mayores. También el método del “abrazo cariñoso” es un engaño que se va extendiendo, apropiándose de la joya que se lleva en el cuello, siendo utilizado también en nuestra ciudad, por lo que habría que advertir a las personas mayores para que estén en alerta y desconfíen de los desconocidos que se acerquen con un comportamiento poco habitual. Creo que se echan en falta programas como aquel de “investigación en marcha” de los inicios de los setenta, un programa que igual mostraba la imagen de un delincuente que estaba es busca y captura que alertaba de los trucos que los cacos hacían para apropiarse de lo ajeno. Un espacio en el que se nos alertaba de los diferentes métodos que utilizaban esta gentuza para vivir del engaño.
Yo también fui víctima de estos astutos picaros que viven a nuestra costa. Recuerdo que en aquellos años setenta, los anuncios por palabras de los periódicos estaban llenos de anuncios de ofertas de trabajo, “Asunto nuevo en España” trabajo a realizar en casa, durante las horas libres, para cualquier edad o sexo, sin invertir nada y ganando hasta 30.000 pesetas mensuales. Unos anuncios que te enviaban a un apartado de correos para mayor información, recibiendo luego en casa en qué consistía el trabajo. Pero previo pago, bien con el envío de sellos de correos por la cantidad fijada o contra reembolso, dependiendo el importe a pagar del pillo que tenía el negocio, desde 300 a 500 pesetas, una cantidad importante para lo poco que se recibía. Ya que el anunciado “Plan de trabajo” que te enviaban eran solo unos folios donde te proponían hacer flores de papel, doblar servilletas para bares, criar champiñones, chichillas, o incluso ofreciéndote la confección de direcciones a mano o a máquina de otras personas que pudieran querer estos trabajos caseros, pagando supuestamente, un 25% de comisión por sujeto que “picase”, e indicando que lo que importaba no era la cantidad, sino la calidad, las personas que verdaderamente fueran a picar.
Algo así como la venta piramidal, uno de los engaños más conocidos y que sin embargo muchos siguen cayendo. Sistema que funciona mientras que haya nuevos participantes, en cantidad suficiente para nutrir a los viejos, ya que con el dinero de los nuevos se paga a los antiguos, dando apariencia de que el negocio funciona, pero solo hasta que dejan de entrar nuevas víctimas. Una estafa en la que muchos lorquinos se han visto afectados, deslumbrados por charlas inteligentes, en hoteles caros y en reuniones donde aparecen personas testimoniando el dinero que hicieron con ello. Algo que ya debe de hacernos desconfiar, como también la forma rápida de ganar dinero o que hay que reclutar para el “negocio” a familiares o amigos. Por favor, inocentes solo hoy.