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EL TREN ASESINO DEL 27 por Antonio de Cayetano

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"El tren correo de Lorca a Baza alcanzado por un tren de mineral. Estado en que quedaron los dos trenes"

Quienes tenemos una cierta edad, recordamos aquellos viajes de antaño en los trenes de vapor, siendo los más habituales los que realizábamos a la vecina ciudad de Águilas en los meses de verano, desplazándonos en aquellos vagones con bancos de madera, ventanillas de guillotina y sus retretes con vistas. Con vistas al suelo claro, pues cuando tenias que aliviarte, se observaba por el orificio evacuatorio la plataforma de la vía, y es que entonces todos los residuos iban directamente al suelo, estando por ello prohibido hacer uso del retrete durante las paradas. Pero como no todos cumplían la elemental norma de higiene, era frecuente ver entre los raíles de la estación la señal de quienes no la acataban.

INAUGURACION EMPALME PULPI CON ALMENDRICOS
INAUGURACION EMPALME PULPI CON ALMENDRICOS 1890

Recuerdo las largas esperas en el empalme de Almendricos, espera que transcurría degustando las exquisitas magdalenas del pueblo, repostería que en el andén de la estación nos vendían las lugareñas de allí, como María, una viuda y guapa mujer de ojos azules, que con sumo agrado ofrecía a los viajeros aquellos esponjosos dulces envueltos en papel rizado. También disponíamos del botijo de agua “fresca” para calmar la sed, del cual se podía echar un trago por el módico precio de una perra chica. Igualmente tenemos en la memoria, el negro paso por aquellos túneles entre Pulpí y Jaravía, sobretodo el primero que era el más largo, paso del que había que estar muy atentos de cerrar la ventanilla con antelación, pues de lo contrario, todo el habitáculo del vagón se nos llenaba de carbonilla, partículas de carbón que con suma facilidad se nos metían en los ojos, nos tiznaban la cara y pringaban asientos y ropa de cuantos viajábamos allí. Aunque eso no solo sucedía al pasar por un túnel, la carbonilla formaba parte de los viajes en tren, llegando siempre con nosotros a nuestro destino.

Inauguración de la estación ferroviaria 1.890
Inauguración de la estación ferroviaria 1.890

Hoy todo ha cambiado, ya los trenes de vapor con aquellos chorros de humo negro son solo un recuerdo. Las viejas máquinas de entonces se jubilaron a finales de los años sesenta, tras la llegada de las nuevas locomotoras diesel, más limpias, rápidas y económicas que las de vapor. Pero no muy lejos de aquí, todavía podemos admirar un modelo de aquellas viejas locomotoras alimentadas por carbón, ya que en la plaza Isaac Peral de Águilas, se exhibe sobre un pedestal, una de las 6 primeras máquinas que se compraron en 1889 para la línea Lorca-Baza-Águilas, locomotoras que fueron adquiridas por la compañía inglesa encargada de la ejecución y explotación de esta línea. Fue el día 10 de agosto de 1.970 cuando se inauguró a bombo y platillo este “monumento” al ferrocarril, mostrándose desde entonces allí, la vieja locomotora marcada con el nº 4 y que llevaba el nombre de “Águilas”, una locomotora que contribuyó al progreso de esta ciudad durante casi setenta años, arrastrando con su más de 700 cv. de potencia, coches de pasajeros, mercancías y en especial aquellos vagones de mineral, que desde las minas de la cuenca del alto Almanzora eran remolcados en grupos de 12 hasta el embarcadero del Hornillo.

Antigua estación de tren en San Diego Lorca 1.910
Antigua estación de tren en San Diego Lorca 1.910

Recuerdo haber visto guardada en los cocherones próximos a la alameda de Cervantes de nuestra estación de Sutullena, una de estas máquinas de vapor, con un cartel en el que se indicaba “museo”, esto era a principios de los años setenta, desconociendo cual ha sido su paradero después, ni si la locomotora en cuestión era la nº 2, la que llevaba el nombre de “Lorca”, ya que esas locomotoras iníciales que antes mencionaba y las que se fueron adquiriendo en años posteriores, llevaban el nombre de las distintas estaciones de su recorrido, aparte de el de las ciudades de Murcia y Granada, que daban nombre al trayecto. Así a la nº 1 se le denominó con el nombre de Murcia, a la nº 2 con el de Lorca, a la nº 3 con Granada y así hasta completar una serie de 25 en el año 1905, con el nombre de las distintas estaciones de aquella línea, llevando la denominación de la pedanía lorquina de “Almendricos” la última de esa serie. En un principio y tras la cesión por parte de RENFE de la “Águilas” a su ayuntamiento, pensaba que esta locomotora aquí depositada iba a tener el mismo destino, en este caso algún jardín o plaza de nuestra ciudad, pero lamentablemente se le dejó partir de Lorca. Espero que tal como indicaba aquel cartel, se conserve efectivamente en algún museo y que no terminase finalmente en un desguace.

Antigua estación de San Diego en 1.987, que fué demolida.
Antigua estación de San Diego en 1.987, que fué demolida.

Otros pueblos como Guadix, sí que conservan con orgullo una locomotora de aquellos tiempos, una que llevaba el nombre de esa población y que en el pasado participó en el rodaje de varias películas, una máquina que en un principio estaba en un museo y que gracias a las gestiones de aquel ayuntamiento, se ha restaurado y ha vuelto de nuevo al pueblo, pero funcionando como en su día y utilizándose para fines turísticos. Lorca lo único que ha conservado de aquellos tiempos es el original puente de hierro de 80 metros de largo, colocándose en paralelo al de su original emplazamiento sobre el Guadalentín, un puente que se conservó gracias al empeño del entonces alcalde José Antonio Gallego, pero un puente que hoy está descuidado y abandonado a su suerte, siendo utilizado por los jóvenes para el botellón.

Es lamentable que en Lorca no hayamos sabido conservar lo nuestro, las pequeñas y grandes cosas que ha formado parte de nuestro pasado y nuestras costumbres, que hayamos dejado escapar de nuestra ciudad aquello que aunque no nos pertenecía, si que ha formado parte de nuestro entorno y de nosotros mismos. El ejemplo más reciente ha sido el desmantelamiento del Regimiento Mallorca 13, marchando todo el mobiliario y material diverso para Valencia, en vez de haber quedado aquí algo representativo de este regimiento que tan unido estaba a la ciudad. También hace unos días, sabíamos que el mobiliario del despacho del comisario de la vieja comisaria de policía, va a formar parte del Museo de la Policía Nacional en Palencia, cuando este conjunto de muebles del siglo XIX, no es el original y primitivo de la comisaria lorquina, sino que fue un regalo que hace unos años hizo un notario a estas dependencias policiales, por lo que estos muebles no deberían de salir de Lorca. Desconozco en qué circunstancias se hizo la donación, pero intuyo que el deseo del donante en su momento, sería la conservación de los mismos en nuestra ciudad, no que esos muebles tallados se fuesen fuera de Lorca.

LOCOMOTORA ANTIGUA 1927Y ya entro en el tema del día que se nos estaba yendo con este largo preámbulo, tema que no es otro que el terrible accidente ferroviario que conmocionó a la comarca un miércoles como hoy de hace 89 años. Un suceso que tuvo lugar el 25 de mayo de 1.927 muy cerca de la estación de Pulpí, al colisionar por alcance un tren minero y el tren correo Águilas-Almendricos, hecho en el que perdieron la vida alrededor de 20 personas y otras tantas resultaron heridas de distinta consideración, siendo la mayor parte de las víctimas mortales de Águilas, pero también las hubo de Lorca y de otros pueblos limítrofes, e incluso de Cataluña, como fue el caso de un viajante de perfumería de una casa de Barcelona y domiciliado en Villafranca del Penedés, que marchaba a la ciudad costera a mostrar sus mercancías.

Publicación de la época con fotos de la noticia 1.927.
Publicación de la época con fotos de la noticia 1.927.

Así lo recogía el diario ABC el 27-5-1927. ABC-27.05.1927-pagina 025

Eran las 13,22 h. cuando salió de Almendricos el correo mixto que hacía el trayecto entre esta estación y Águilas. Sobre las 13,40 h. tenía fijada su salida el siguiente tren rumbo a Águilas, en este caso un mercancías procedente de Serón, un convoy habitual en ese recorrido, compuesto por la máquina y 12 vagones de mineral de hierro y con destino al embarcadero de el Hornillo. Todo transcurría con normalidad, tras la preceptiva parada en Pulpí, el tren correo se disponía a salir de su estación para continuar camino hacia Águilas. Una vez acomodados los viajeros, estos iban pensando en sus quehaceres, en su futuro más próximo. Una chica aguileña que había venido a Lorca a recoger el ajuar para su boda, seguro que iría soñando con ese día tan especial. Una familia que viajaba a la ciudad costera para bautizar a su hija de pocas semanas, igual iban hablando de la ceremonia que les esperaba. La mujer del jefe de estación de Jaravía que iba de pasajera en el correo, ya se bajaría en la próxima parada…

Todos iban plácidamente en el tren ajenos a lo que iba a suceder más tarde, el correo inició su marcha, nada hacía presagiar lo que se avecinaba. Pero cuando aún los familiares de los viajeros despedían a los suyos, contemplando como el tren lentamente se alejaba de la estación, observaron por el lado opuesto como se acercaba a gran velocidad el tren minero, un tren que llevaba una inusual velocidad para ese tramo en pendiente y al que no se le apreciaba intención alguna de detenerse en aquella obligada parada, pasando por la estación unos instantes después y viendo horrorizados como el convoy seguía la misma vía que el correo y se empotraba finalmente contra él.

DETALLE DAÑOS FERROCARRILEl estruendo del choque fue tremendo, ensordecedor, el espectáculo era dantesco, la máquina del mercancías y los dos primeros vagones de material quedaron encima de los dos vagones traseros del correo, vagones que eran los dedicados al tráfico de viajeros y que ya estaban ardiendo, raíles arrancados de cuajo por el fuerte impacto recibido, ruedas del tren correo que saltaron a 200 metros de distancia del lugar de la colisión, el resto de los vagones del mercancías volcados y su mineral derramado por el suelo, y entre el humo, chapas, maderas y hierros retorcidos, siete cadáveres que según cuentan, eran de viajeros que se arrojaron en marcha del tren correo, tras ver como el minero les llegaba lanzado a toda velocidad.

Parece que el origen de la tragedia fue un fallo en los frenos del mercancías, llegando el convoy a sobrepasar los 100 km. hora y con una carga de más de 500 toneladas. Cuentan que el maquinista hizo todo lo posible para avisar de lo que sucedía por medio de señales, pero cuando uno de los mozos de la estación se percató de lo que estaba ocurriendo, ya fue tarde, pues a pesar de intentar cambiar las agujas y desviar la trayectoria del tren, no pudo conseguirlo. Quienes sí que consiguieron saltar en el último momento de ese tren asesino, fue su maquinista y el fogonero, salvándose así de una muerte anunciada. También parece que el maquinista y el fogonero del otro tren lograron saltar y salvarse antes de que saliese despedida la máquina del correo, tras romperse los enganches que la unían al resto del convoy. Sin embargo hubo viajeros que murieron en el intento, como fue el caso de Pedro Pérez, teniente de la guardia civil jefe de la línea de Águilas, o Luis Tomás, oficial de correos en el tren.

Inauguración de la estación de Pulpí sobre 1.890
Inauguración de la estación de Pulpí sobre 1.890

Los vecinos de Pulpí se volcaron en ayudar a las víctimas, la noticia del accidente se extendió rápidamente por todos los pueblos vecinos, llegando los primeros auxilios desde Cuevas de Almanzora y desde Águilas, ciudad de donde salió un tren de socorro con los doctores Santamaría y Calero al frente, acompañándoles los practicantes Fernández y Romero, así como sanitarios diplomados de la compañía ferroviaria y un grupo de Exploradores de Águilas, que hicieron las veces de camilleros. En Pulpí no había centros sanitarios, por lo que los heridos fueron llevados en los escasos vehículos que entonces había a los hospitales de Águilas, Lorca e incluso alguno a Murcia, pero las heridas eran gravísimas y muchos de ellos murieron antes de recibir asistencia sanitaria. En el cementerio de la población fueron depositados ese día diez cadáveres, pero no hay datos concretos del número de fallecidos en los días posteriores al accidente, calculándose en más de una veintena las víctimas mortales.

De madrugada murió en el hospital de Lorca Luis Sánchez, un carabinero de Águilas, en el hospital de aquella ciudad murió también Adoración Castell, la esposa del jefe de estación de Jaravía, así como Teresa Fernández, la joven madre de 24 años que iba a bautizar a su hija de 15 días, bebe que se salvó al ser protegido por el cuerpo de su madre. Horas antes habían muerto en el acto durante el accidente, su marido Diego Beas, empleado de la compañía férrea y el hijo de ambos de tan solo cuatro años de edad. A Teresa le tuvieron que amputar las dos piernas al llegar al hospital aguileño, y al recobrar durante unos instantes el conocimiento antes de morir, solo tuvo tiempo para preguntar si su bebe vivía, suplicando al doctor que le atendía, que por favor se hiciese cargo de ella pues se quedaba sola. Fueron varios los heridos en ese accidente a quienes se les amputaron las piernas, entre ellos a María, la novia que había venido a Lorca a por el ajuar de su boda, siendo su estado gravísimo al ingresar en el hospital, como también el de su hermano Juan Manuel que le acompañaba en el viaje.

Entierro de los fallecidos
Entierro de los fallecidos

El entierro de los fallecidos fue seguido por todo el pueblo de Águilas, presidiendo el cortejo fúnebre el entonces joven presidente de la Diputación Provincial de Murcia, José Ibáñez Martín, acompañándole los alcaldes de Águilas y Lorca, Carlos Marín y José Rodríguez, el conde de San Julián, el teniente coronel de la guardia civil con sus jefes y oficiales, los inspectores jefes de Correos de Murcia y Almería y los administradores de Correos de Lorca, Águilas y otros pueblos almerienses, destacando entre todas las coronas recibidas, la que ocupaba un solo coche y que había sido ofrendada por los empleados de correos a su compañero Luis Tomás, el fallecido y admirado funcionario que prestaba servicio en el vagón de Correos.

Han sido varios los accidentes de distinta índole acaecidos en esta línea, alguno también importante, como el sucedido el 3 de enero de 2001 en nuestro municipio, accidente que le costó la vida a 12 trabajadores agrícolas al invadir la vía la furgoneta en la que viajaban, pero hasta ahora el más trágico ha sido este que hoy recordamos. Quizás que pudiera justificarse este siniestro que nos ocupa, por ocurrir en el primer tercio del pasado siglo, siendo un fallo mecánico la causa del mismo y siendo bastante deficiente la tecnología de entonces en comparación con la de ahora, pero lo que no es de recibo ni tiene justificación alguna, es que en pleno siglo XXI, sigamos con unas infraestructuras ferroviarias tercermundistas.

No se entiende que sigan existiendo aún hoy pasos a nivel sin barrera, siendo en estos pasos donde se han producido los últimos accidentes graves, como tampoco se entiende que no se invierta dinero alguno en el mantenimiento y modernización de la línea Murcia-Águilas, teniendo varios tramos en pésimas condiciones y donde el tren tiene que aminorar su marcha. Es lamentable que todo el presupuesto para ferrocarriles se lo lleve el proyectado AVE, una infraestructura no demandada por la sociedad, y que sirve más como rédito político que como una mejora social.

Foto de la construcción del tramo AVE Alicante Murcia

Llama la atención que seamos el país del mundo donde hay más km. de AVE por habitante y también que seamos el país donde menos se utiliza esta infraestructura de alta velocidad, pues no hay demanda suficiente para este gravoso transporte, mientras que las líneas convencionales, las que si usamos la mayoría de los ciudadanos, siguen olvidadas e inseguras, sin invertir en sus mejoras y teniendo que cerrar algunas por falta de viajeros, a los que no se motivan modernizando instalaciones y reforzando y renovando la vieja flota. Hoy todos los esfuerzos son para las futuras líneas del AVE, que sí que algunas son necesarias, pero no todas se han hecho en su justa medida, pues no es razonable que el AVE llegue a la puerta de cada uno. No puede ser que se nos vayan todos los ahorros en comprarnos un traje caro, que solo lo vamos a utilizar en contadas ocasiones, mientras que a diario, por no tener los suficientes recursos, vistamos como un pordiosero.

Aunque tampoco hay dinero para invertir en el AVE, y se hace a costa de incrementar la deuda cada vez más alta de Adif, una empresa pública que en este ejercicio va a superar los 18.000 millones de euros en deudas a corto y largo plazo, y con unas expectativas poco halagüeñas, ya que la mayor parte de las líneas del AVE son deficitarias, hoy y dentro de 50 años, pues se han hecho estudios que así lo confirman, aparte de que su mantenimiento anual supone unos 100.000 euros por km., una cantidad nada despreciable. Y por si faltaba algo, un informe del Tribunal de Cuentas insta al gobierno a cambiar el modelo de la alta velocidad, de la que afirma será insostenible a largo plazo, al mismo tiempo que denuncia la falta de mantenimiento de los más de 11.000 km de línea convencional, que es la que usamos 25 millones de viajeros al año en desplazamientos de medio y largo recorrido.

Pero a pesar de los datos desfavorables, aquí no desistimos, seguimos empeñados en el AVE, el gobierno sigue prometiendo AVE, la oposición sigue reclamando AVE, y los ciudadanos por consiguiente queremos AVE. Los españoles no tendremos para otros menesteres, pero presumiremos de AVE, de que España es la nº 1 en esta infraestructura, como lo es en las obras faraónicas e inútiles de los políticos, en los sobre-costos y en las corrupciones varias. Así que ha seguir con el despilfarro que para todo es útil, desde llenarse los bolsillos hasta conseguir algún voto.

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