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Lorca su población y territorio a lo largo de la historia

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Lorca su población y territorio a lo largo de la historia.

La comarca de Lorca ocupa el área suroccidental del reino de Murcia, en contacto directo con la Andalucía oriental.

El municipio de Lorca fue el más grande de España, segundo en la actualidad con una superficie de 1.681’3 km, pero a esta superficie tenemos que sumarle, para la época objeto de nuestro estudio, los actuales términos municipales de Águilas de 254 km (independizado en 1812), Puerto Lumbreras de 14 km (segregado en 1958), y parte de los de Mazarrón y Fuente Álamo (que se constituirían como municipios en 1572 y 1700 respectivamente), en total superaría los 2.000 km.

Los elementos naturales que estructuran el territorio lorquino son el relieve, la red hidrográfica y las vías de comunicación.

EL RELIEVE

En conjunto el relieve de la comarca está estructurado en cuatro sectores bien diferenciados: las altas tierras septentrionales, el reborde interior de la depresión 1 prelitoral, la depresión prelitoral y las sierras y llanuras costeras . Las altas tierras septentrionales forman un conjunto de terrenos por encima de los 500 metros de altitud, en los que hay que distinguir dos alineaciones montañosas modeladas sobre materiales subbéticos.

La más septentrional, en el ángulo nororiental de la comarca, está formada por las sierras del Cambrón (1.525 m.), Ponce (1.446 m.) y Madroño (1.236 m.), abombamiento anticlinal culminado por calizas y dolomías jurásicas, donde son apreciables los efectos de la tectónica de retrocabalgamiento que afecta a todo el sector subbético. Sus estructuras están claramente emparentadas con las de Ceperos y Lavia (término de Cehegín).

Al noroeste, la comarca queda limitada por otra unidad subbética de características semejantes. Se trata del macizo de la Culebrina, cuyo eslabón más septentrional es la sierra del Almirez (1.126 m.), anticlinal jurásico que se continúa hacia el noreste por los cabezos del Sordo (1.109 m.) y de Migrano (889 m.), y a través del cabezo Redondo (948 m.) y del cerro de La Paca (1.027 m.) enlaza con la alineación Madroño Ponce.

Al suroeste se encuentra la sierra de Pericay (1.226 m.) y Morra del Cocón (1.366 m.), que forman el macizo principal de la Culebrina, separados ambos por el tajo profundo que abre el río Luchena. Más al sur, en la sierra del Gigante (1.493 m.), las calizas y dolomías jurásicas se encuentran verticales en un anticlinal muy comprimido.

Enmarcada por estas alineaciones subbéticas, se abre una amplia cuenca de margas y arcillas del mioceno y plioceno por la que discurre la red hidrográfica de cabecera del río Guadalentín. En algunos casos la cuenca es interrumpida por alguna elevación de materiales jurásicos, como la sierra del Buitre (803 m.) al noroeste del pantano de Puentes.

VALLE GUADALENTIN DESDE PEÑARRUBIA

El valle del Guadalentín. Se trata de una fosa tectónica drenada por el río del mismo nombre, siendo una prolongación del corredor intrabético. Presenta unos 150 km. de longitud y entre 10 y 15 de anchura, discurriendo entre el límite con la provincia de Almería y las tierras de Alicante. Sus terrenos tienen gran fertilidad al ser sedimentos depositados en las crecidas y avenidas del río; sobre ellos se ha instalado la huerta de Lorca. Flanqueando a este valle se encuentran las sierras litorales al sur y las sierras de la Torrecilla (927 metros en el pico de la Peñarrubia) y de Tercia al norte, con altitudes que superan los 990 metros de altitud.

COSTA CALNEGREEn el sector litoral se distingue entre las sierras litorales (Almenara y Carrasquilla), siendo las más antiguas desde el punto de vista geológico de la comarca con una altitud máxima de 881 metros, y la costa, abrupta y acantilada pero jalonada de recoletas calas naturales donde Lorca se asoma al mar a lo largo de 9 kilómetros de litoral.

POBLACION Y SEGREGACION DEL TERMINO MUNICIPAL

Otro de los temas de interés que afectan al estudio del término de Lorca es su vacío poblacional. Si en el periodo bajomedieval el motivo fundamental era la existencia de una amplia frontera con el reino musulmán de Granada y el Mediterráneo, con los peligros que ello comportaba; tras la conquista del reino nazarí, la situación no cambia, pero sí los motivos, ahora serán los intereses de la oligarquía lorquina, que basaba su economía en la explotación ganadera y la exportación de la lana, los que procurarán por todos los medios mantener la mayor extensión del territorio convertido en zona de pastos.

Tan sólo en los extremos del término, siguiendo unos criterios de defensa de su jurisdicción frente a los apetitos expansivos de los concejos limítrofes, permitieron la roturación de tierras y el asentamiento de pobladores.

Rodríguez Llopis, para principios del siglo XVI, época en la que Lorca había logrado una notable ampliación de su territorio, nos habla de que hacia 1530, las roturaciones han sido escasas y, realizadas, fundamentalmente, en el valle del Guadalentín, junto a los límites con Aledo y Alhama, aunque parece que también se llevaron a cabo roturaciones en Nogalte y Coy.

MAPA DE LORCA 1645

De todos modos eran escasos los núcleos poblados. El Censo General de 1530, sólo cita a la ciudad de Lorca (1.396 vecinos), las 96 Casas de los Alumbres (272 vecinos), Huércal (42 vecinos) y Overa (38 vecinos) , estas dos últimas, pobladas por moriscos. Es decir que la población de la capital municipal representa el 79’86% del total, frente al 20’14% del término.

Fuera de éstos, tan sólo tenemos noticias de que en los límites orientales del término se empezaba a vislumbrar, hacia mediados del siglo, un núcleo poblacional basado en las actividades agrícolas, en la zona de confluencia con los términos concejiles de Murcia y Cartagena. Para corregir el enorme desequilibrio poblacional entre la ciudad y el territorio, hemos de esperar al siglo XVIII, en el Interrogatorio de 1755 Lorca contaba con un total de 7.095 vecinos legos (31.927 hab.) de los cuales 3.030 (13.635 hab.) vivían en la huerta y campo, a ellos habría que añadir 437 individuos que pertenecían al estado eclesiástico.

Como observamos, los cambios realizados en la utilización de territorio durante el siglo XVII y la primera mitad del XVIII, como consecuencia de la crisis ganadera y el aumento de las roturaciones, han corregido sustancialmente el desnivel, pues la población rural supone ya el 42% de total.

En 1787, el censo de Floridablanca, la población se distribuye casi por igual, pues de los 37.831 habitantes, en la ciudad moran 18.631 —el 49’2%— y los 19.200 restantes —el 50’8%— viven en el término; ya en el siglo XIX, el padrón municipal de 1824 presenta ya unas cifras netamente favorables para la población que habita en la huerta y el campo lorquinos, el 63’2 %, es decir, 25.728 habitantes de un total de 97 40.720, mientras que en la ciudad sólo habitan el 36’8% restante, o sea, 14.992.

Por último, no podemos dejar de referirnos a los municipios nuevos creados a partir del territorio de Lorca. El extenso alfoz lorquino que a fines del siglo XV sobrepasaba 2 los 2.500 Km , sufrirá desde mediados del siglo XVI, y hasta mediados del XIX, varias escisiones, dando origen a los municipios de Mazarrón, Huércal-Overa, Fuente Álamo y Águilas.

Segregación de Mazarrón

Torre de la Azohía (Mazarrón)

El primero en segregarse fue Mazarrón, que conoció un desarrollo relativamente importante desde fines del siglo XV como consecuencia de la explotación de las minas de alumbre, que en 1462 Enrique IV concedía al Marques de Villena y al Adelantado del Reino de Murcia, don Pedro Fajardo. El primer contrato de explotación data de 1483 y a partir de esta fecha se desarrollaría un núcleo de población, denominado Casas de los Alumbres, que en 1530 contaba con 272 vecinos —unos 1.200 habitantes—.

El lugar tomaría más adelante el nombre de Almazarrón, y en 1564 —cuando su población ya se elevaba a 1.593 individuos— solicitó de Felipe II su independencia de Lorca, que le sería otorgada por Real Privilegio el 1 de agosto de 1572.

A partir de este momento el territorio contó con Ayuntamiento propio, comenzando la vida independiente del municipio. De estas fechas data el escudo de Mazarrón, que surge de las medidas que el procurador del Concejo, Antonio Bascuñana, presenta ante la independencia de Lorca.

Segregación de Huercal Overa

La segunda escisión sería la de Huércal-Overa. Los Reyes Católicos, en 1488, entregaban las villas de Huércal y Overa a la ciudad de Lorca, poco tiempo después de su conquista. Las dos aldeas pobladas por mudéjares, convertidos en moriscos tras el decreto de expulsión (1502), vivieron de espaldas a Lorca, cuyo único contacto institucional, como afirma Jiménez Alcázar, consistía en que tenían que pagar sus impuestos municipales y que sus autoridades eran nombradas por el concejo de Lorca .

Los términos de ambas villas se dibujaban de forma independiente, pero insertos, en el amplio alfoz lorquino. En 1511 se inicia entre Lorca y Vera un largo proceso por el Campo de Huércal, en el que se jugaban los saneados ingresos que suponía el arrendamiento de los pastos.

Tras la guerra de las Alpujarras (1568-1571) y la diseminación de los moriscos granadinos por toda Castilla, los pobladores cristianos destinados a Overa se concentraron e Huércal, configurándose el nuevo enclave como Huércal-Overa. Lorca seguiría, como hasta entonces, nombrando los oficiales concejiles, hasta que en 1668 sus vecinos compraron su jurisdicción a la Corona, y con ella su independencia respecto de Lorca.

Las segregaciones continúan,…

Las otras segregaciones no se materializarían hasta el siglo XIX . El caso de Fuente Álamo es especial pues afectó a tres términos jurisdiccionales —Lorca, Murcia y Cartagena—.

Hace años existía un antiguo álamo, ya desaparecido, que bebía de una fuente situada en sus proximidades. Ese lugar se encontraba en la confluencia de los caminos de Murcia, Cartagena y Lorca, y atravesado por las sierras de Columbares, Almenara y Carrascoy.

Su fundación se produjo hacia mediados del siglo XVI; el caserío vino a formarse en el punto en el que confluían los tres concejos. La parte de Lorca, la más alejada de su capital municipal, fue la que antes y mejor se organizó, contando a finales de la centuria con un concejo casi independiente. En lo eclesiástico, en 1582 se fundó la parroquia de San Agustín, que dependía de Lorca.

Interior de la iglesia de S. Agustín (Fuente Álamo)

La población hacia 1600 se elevaba, aproximadamente, a 500 individuos, pero creció con rapidez, pues en 1630 sobrepasaba los 1.200. Desde 1634 trataron de comprar su independencia a la Corona, lo que no conseguirían hasta 1700, pero ésta duró apenas dos años, ya que en 1702 fue anulado el privilegio de Carlos II.

El rey de España Carlos II

La población seguía creciendo, a mediados del siglo XVIII contaba con 1.500 habitantes y en los albores de la decimonovena centuria alcanza el número de 1.918 individuos; aunque según nos indica el padrón la inmensa mayoría son jornaleros, tan sólo doce aparecen como «bien situados».

Por fin, en 1820, los vecinos de Fuente Álamo consiguieron definitivamente su independencia, y en 1856 se procedería a amojonar el término municipal.

Águilas fue, durante el periodo bajo medieval, un territorio agreste en el que las continúas y desoladoras incursiones granadinas condenaban al fracaso cualquier intento de repoblación.

La conquista del reino nazarí no supuso, al menos totalmente, el fin de esta situación, pues sus costas fueron presa frecuente de piratas y corsarios norteafricanos, para su defensa fue necesario levantar sólidas torres de vigilancia en Terreros y Cope, y el de San Juan de las Águilas, de 1490, sería ampliado por Felipe II en 1579.

Desde ellas, en caso de peligro, se alertaba a la escasa población de la zona para que se refugiara en Lorca. Tales desmanes motivaron que el campo cercano fuera abandonado por sus escasos moradores. Hacia 1650 Lorca no podía servirse de sus accesos al mar, el comercio había cesado y el pescado escaseaba en la ciudad.

Durante el siglo XVIII, aunque no desaparece, remite el peligro corsario. El Conde de Aranda, consciente de la necesidad de repoblar la solitaria costa comprendida entre Cartagena y Almería, propuso la erección de una villa de nueva planta en el lugar conocido como San Juan de las Águilas, al pie de la torre de ese nombre y junto a un fondeadero excelente. El proyecto fue aprobado por Carlos III —Real Decreto de 4 de enero de 1766—.

La repoblación de Águilas logró plasmarse de forma tangible una vez superadas múltiples dificultades de orden práctico, entre ellas la oposición de Lorca a dejarse arrebatar una parte de su territorio.

La Real Orden de 15 de noviembre de 1785 adjudicó a la flamante villa una jurisdicción de dos leguas en derredor, que incluía las diputaciones de Barranco de los Asensios, Campo de Águilas, Cocón, Cope, Jaravía, Pulpí, Fuente de Pulpí, Tébar, Terreros y Venzal, así como el litoral comprendido entre Puntas de Calnegre y Pozo del Esparto.

Águilas sufriría los avatares finiseculares y las penalidades de la guerra de la Independencia: la fiebre amarilla, la movilización masiva de ciudadanos, el hundimiento de la producción agraria, las exacciones de Sebastián, la interrupción del comercio y el bloqueo marítimo, que arruinaron a la pequeña pero floreciente población.

Sin embargo, la legislación municipal prevista en la Constitución de Cádiz, hizo posible el establecimiento de un Ayuntamiento en Águilas (1812). Setecientos cincuenta vecinos eligieron los siete miembros que regirían la corporación un alcalde y seis regidores.

En adelante, la suerte de Águilas como entidad municipal autónoma quedó vinculada a la de la Constitución; con ella quedó abolida en 1814, restablecida en 1820, vuelta a suprimir en 1823, y restablecida definitivamente en 1834.

Con tales amputaciones el término municipal de Lorca se redujo, pasando de algo más 2 2 de 2.500 Km al final de la Edad Media, a una extensión de 1.700 Km aproximadamente, a pesar de todo seguía siendo el municipio más grande de España.