La Ritmonutrición podría definirse como la forma de comer respetando nuestros ritmos internos. Lo que debemos hacer es escuchar este funcionamiento interno, no ir en su contra y adoptar un estilo de vida más sano.
El equilibrio nutricional es el camino hacia nuestra salud y bienestar. Como siempre recordamos desde estas líneas, no se trata de dietas altamente restrictivas cuando queremos perder peso o mantener el que tenemos, sino de establecer una disposición adecuada de los alimentos según lo que se conoce como Cronobiología Nutricional. En otras palabras, saber qué alimento comer a cada hora del día. Se trata de alimentarnos respetando nuestros ritmos internos.
Y es que es importante saber que los ritmos de nuestro metabolismo corporal varían en función del ciclo circadiano, es decir, durante las 24 horas del día. ¿Por qué durante ese transcurso de tiempo cambian los ritmos biológicos? Pues buscando el objetivo de optimizar el rendimiento físico, emocional e intelectual de cada personal. Una vía de encontrar el mejor punto para nuestro equilibrio global y bienestar. Una variación en la que también influye la presencia o ausencia de la luz del sol.
Por tanto, podemos controlar nuestro peso, así como nuestras energías respetando el funcionamiento de sus mecanismos. Es decir, sin interferir en él, por ejemplo, cuando dormimos poco o comemos mal, ya que no alcanzaremos nuestro rendimiento óptimo cuando repetimos estos malos hábitos.
Lo mejor para nuestra salud y el equilibrio nutricional es seguir estas pautas que nos indica el cuerpo: dormir bien, hacer alguna actividad física adecuada a nuestro estado y alimentarnos de forma correcta. De esta forma, tenderemos más armas para evitar enfermedades, envejecer de forma más lenta y mantener el ese equilibrio en nuestra composición corporal.
Ritmonutrición: consejos de alimentación que ayudan a mantener el peso
Más que comer en grandes cantidades, que también, la ganancia de peso se debe muchas veces a los desequilibrios asociados al ritmo de vida con mucho estrés, desde la dificultad para conciliar el sueño hasta la facilidad para engordar, la depresión o la irritabilidad surgen de una mala alimentación que no respeta los ritmos del organismo.
Por ejemplo, hábitos tales como no desayunar, o solo tomar un café por la mañana, cenar abundante y tarde, sea con carne o pastas, y dormir poco, suelen tener efectos nocivos a largo plazo que pueden dar lugar problemas de salud más graves y enfermedades específicas.
Lo único que debemos hacer es respetar los ritmos internos y no ir en contra de ellos para adoptar un estilo de vida más sano.
Seguir el ritmo natural de nuestro cuerpo es sencillo. Se trata de mantener unas pautas saludables y unos consejos nutricionales en nuestro día a día:
Hacer cinco comidas al día:
Pequeñas cantidades, pero con intervalos de tiempo equilibrados. El objetivo, controlar los picos de insulina que se producen en nuestro cuerpo a lo largo del día, en función de nuestro ritmo interno personal. Numerosos estudios inciden en resaltar que esta pauta es mejor para adelgazar que el hecho de pasar grandes periodos de ayuno. Diversas investigaciones han comprobado que las personas que comen cinco veces al día se mantienen más delgadas que las que comen cuatro y éstas más que las que ingieren alimentos tres veces.
Mantener los mismos horarios de comida:
Se trata de la mejor forma de encontrar el equilibrio interno del organismo, una vía para hacer que nuestro cuerpo funcione de una forma armónica.
El desayuno, lo más importante del día:
Ya lo dice el sabio refrán “desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo”. ¿Por qué es así? Pues porque en las primeras horas de la mañana somos más activos, necesitamos más energía que por la noche, que es el tiempo en el que ya nos estamos preparando para dormir.
Respetar los ritmos naturales de nuestro cuerpo en nutrición:
Una forma de encontrarnos mejor de forma general y contribuir a nuestro peso equilibrado, es otorgar a nuestro organismo aquellos alimentos que necesita en los momentos más idóneos del día. Se trata sencillamente de conocer nuestro reloj biológico y aplicarlo en nutrición. Por ejemplo, saber que de cinco de la madrugada a cinco de la tarde, nuestro organismo está preparado para genera la energía necesaria para realizar actividades físicas e intelectuales, mientras que a partir de las cinco de la tarde se prepara ya para descansar y repararse. Por tanto, hay que ingerir los alimentos que dan más energía en esa primera parte del día.
Alimentar el equilibrio emocional:
Dedicar tiempo a la reflexión, buscar actividades como el yoga o el pensamiento reflexivo también ayudan a que tengamos un mejor balance, una actitud positiva. Se trata de encontrar nuestro equilibrio emocional, que aporte bienestar en nuestra salud.
La Doctora Ana Garbizu recibe en el Policlínico Virgen del Alcazar en C/ Floridablanca, en Lorca. Telefono para citas : 968 47 16 78
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