GOLPEA EL ÁRBOL QUE ALGO CAERÁ por Francisco José Motos.
Hoy me van a permitir que relate una experiencia personal, que sé que muchos lorquinos están sufriendo a lo largo de los últimos meses, y no es otra que el haber entrado en el circuito perverso que ha montado la administración, así con minúsculas, que cuando se comporta como una especie de trituradora de derechos de los ciudadanos no merece otra cosa.
¿A qué circuito me refiero?
Pues a uno especialmente perverso por sus posibles consecuencias. Al de la solicitud, prácticamente generalizada, a decir de los muchos sufridores que me encontré durante tres días que me tocó ir para aportar documentos varios, de nuevas peticiones para justificar, según ellos, el uso del dinero concedido varios años antes por las consecuencias de los aciagos terremotos acaecidos en Lorca.
En mi caso, ni tan siquiera era dirigida a mi personalmente tal requerimiento, sino que era a mi padre ya fallecido hace más de tres años. Además de eso, el plazo para reclamar nada al respecto estaba vencido, al haber pasado más de cuatro años desde la entrega de las facturas y documentación solicitada. Documentación y facturas entregadas en su momento de forma correcta y satisfactoria como se le dijo casi cinco años antes.
Pues bien, en esos tres días de esperas y pérdidas de tiempo en diversas dependencias administrativas, y he de decir que al menos en el caso del Ayuntamiento de Lorca ha puesto una abogada a disposición de los sufridos ciudadanos que en la mayor parte de los casos no entienden nada, y que por otra parte es insuficiente dada la cantidad de personas que han sido requeridas. Tuve la sensación de que era absolutamente generalizado; intentando hacer bueno el perverso axioma; mueve el árbol para ver cuales son las nueces que están menos agarradas al árbol y que caigan las más débiles.
Sí alguien quiere comprobar lo que digo, y que no haya sido ya requerido para aportar documentos ya aportados en la mayoría de los casos según se me decía una y otra vez, y como digo tengo constancia en el caso de mi familia que así fue, y lo que reclamaban era que las facturas de la empresa que hizo la reparación en casa que estaban validadas, selladas por la misma y firmadas por su gerente, que según ellos no ponía la palabra específica “recibí”. Son ganas de rizar el rizo e intentar, en este caso no lo van a conseguir, que paguen los que menos han de hacerlo.
Como decía para redundar más, aún si cabe, en el desatino de tal iniciativa perversa, por parte de la administración regional, ya que las cartas proceden de dicha administración, en el caso personal que me permito citar, está fuera de plazo legal dicho requerimiento al haber transcurrido más de cuatro años desde la aportación de la documentación. Y eso ellos lo pueden saber antes de enviar dicha misiva, no es apropiada la frase, queridos lectores, que agiten el árbol que algunas nueces caerán.
